Lejos de ser una simple etiqueta de moda, Passivhaus es un concepto de construcción basado en la física, el rigor técnico y la garantía de resultados.
Este artículo te sumergirá en el mundo de las casas pasivas. Desgranaremos su funcionamiento, explicaremos los principios científicos que lo sustentan y detallaremos las innumerables ventajas que ofrece para sus ocupantes y para el planeta. Si estás pensando en construir o rehabilitar una vivienda y buscas la máxima calidad, confort y eficiencia energética, sigue leyendo para descubrir por qué Passivhaus es, probablemente, la mejor inversión que puedes hacer.
Introducción al estándar Passivhaus
El estándar Passivhaus define edificios que logran mantener una temperatura interior confortable durante todo el año, tanto en invierno como en verano, con un consumo de energía para calefacción y refrigeración extremadamente bajo. Se consigue principalmente a través de estrategias “pasivas”: un excelente aislamiento, un diseño que aprovecha la energía solar en invierno y la evita en verano, una gran hermeticidad al aire y un sistema de ventilación muy eficiente.
Imagina tu casa funcionando como un termo de alta calidad: en invierno, conserva el calor interior generado por las personas, los electrodomésticos y la poca radiación solar que entra; en verano, mantiene el calor exterior a raya. Esto se logra gracias a una envolvente (muros, cubierta, suelo, ventanas) muy bien diseñada y ejecutada. El resultado es una reducción de la demanda de energía para climatización de hasta un 90% en comparación con una construcción convencional.
Es crucial entender que Passivhaus no es una marca, ni un estilo arquitectónico, ni un conjunto de materiales específicos. Es, ante todo, un estándar de rendimiento energético y de confort, riguroso, voluntario y certificable. Se basa en principios físicos claros y requiere un diseño cuidadoso, una ejecución impecable y una verificación final que garantice el cumplimiento de sus exigentes criterios.
Historia y desarrollo del estándar
Aunque la idea de edificios de bajo consumo energético tiene raíces anteriores, el estándar Passivhaus como tal nació de la investigación llevada a cabo a finales de los años 80 y principios de los 90. Fue fruto de la colaboración entre el profesor Bo Adamson de la Universidad de Lund (Suecia) y el Dr. Wolfgang Feist del Instituto de Vivienda y Medio Ambiente (Institut für Wohnen und Umwelt) en Darmstadt (Alemania).
Su objetivo era desarrollar un concepto de edificio que fuera tan eficiente que prácticamente no necesitara sistemas de calefacción activos convencionales. Basándose en estudios previos y simulaciones por ordenador, definieron los criterios técnicos y los principios físicos que debían cumplirse. El resultado práctico de esta investigación fue la construcción del primer edificio residencial Passivhaus en Darmstadt-Kranichstein (Alemania) en 1991. Este edificio multifamiliar, habitado desde entonces y continuamente monitorizado, demostró la viabilidad y las ventajas del concepto.
A raíz de este éxito, el Dr. Wolfgang Feist fundó el Passivhaus Institut (PHI) en Darmstadt en 1996. Esta institución independiente se ha encargado desde entonces de investigar, desarrollar, optimizar y difundir el estándar a nivel mundial. El PHI define los criterios técnicos, desarrolla herramientas de cálculo como el PHPP (Passivhaus Planning Package), certifica componentes de construcción (ventanas, sistemas de ventilación, etc.) y acredita a profesionales (diseñadores, consultores, constructores) y edificios en todo el mundo.
Desde aquellos inicios, el estándar Passivhaus se ha extendido por todo el globo, adaptándose a diferentes climas (desde los más fríos hasta los más cálidos y húmedos) y tipologías edificatorias (viviendas, oficinas, colegios, etc.), demostrando su universalidad y consolidándose como el estándar de eficiencia energética más fiable y ambicioso a nivel internacional.
Principios fundamentales (los 5 pilares)
Para alcanzar el extraordinario rendimiento energético y el alto nivel de confort que caracterizan a una Passivhaus, el estándar se basa en la aplicación rigurosa y combinada de cinco principios técnicos fundamentales:
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Aislamiento térmico de alto rendimiento
Toda la envolvente térmica del edificio (muros exteriores, cubierta, suelo en contacto con el terreno o el aire exterior) debe contar con un aislamiento muy grueso y continuo. Los valores de transmitancia térmica (valor U) exigidos son muy bajos (típicamente U ≤ 0.15 W/(m²K) en climas fríos/templados). Esto minimiza las pérdidas de calor en invierno y las ganancias en verano.
La importancia de una envolvente bien abrigada: Al igual que nos ponemos un buen abrigo en invierno, el edificio necesita una capa aislante muy eficaz para mantener su temperatura interior estable sin gastar apenas energía. La continuidad de esta capa es crucial.
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Ventanas y puertas de altas prestaciones
Las ventanas son puntos tradicionalmente débiles en la envolvente. En Passivhaus, se utilizan carpinterías (marcos y vidrios) de muy alta calidad: normalmente triple acristalamiento con gases nobles (argón o kriptón) en las cámaras, vidrios bajo emisivos (low-e) para reflejar el calor, separadores de vidrio térmicamente optimizados (“warm edge”) y marcos muy bien aislados. La correcta instalación, asegurando la continuidad con el aislamiento del muro y la estanqueidad, es igualmente vital.
Ventanas que aíslan y conectan: Estas ventanas no solo aíslan térmicamente de forma excepcional (Uw ≤ 0.80 W/(m²K)), sino que también permiten aprovechar la ganancia solar pasiva en invierno (factor g adecuado) y disfrutar de luz natural, manteniendo la conexión visual con el exterior.
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Ausencia de puentes térmicos
Un puente térmico es una zona de la envolvente donde se rompe o debilita la capa de aislamiento, permitiendo que el calor fluya más fácilmente hacia el exterior (en invierno) o hacia el interior (en verano). Suelen ocurrir en esquinas, juntas entre diferentes elementos constructivos (muro-forjado, muro-cubierta), o alrededor de las ventanas.
Eliminando las ‘autopistas’ del frío y el calor: Los puentes térmicos no solo causan pérdidas energéticas, sino que también pueden provocar superficies interiores frías, aumentando el riesgo de condensaciones y moho. El diseño Passivhaus exige un análisis meticuloso y la eliminación o minimización de todos los puentes térmicos (Ψ ≤ 0.01 W/(mK)) mediante un diseño detallado y una ejecución cuidadosa.
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Hermeticidad al aire
Se busca que la envolvente del edificio sea lo más hermética posible al paso incontrolado de aire. Las infiltraciones de aire a través de rendijas y juntas provocan grandes pérdidas de energía, disconfort por corrientes de aire, problemas acústicos y pueden transportar humedad al interior de los cerramientos, causando patologías.
Controlando las infiltraciones no deseadas: La hermeticidad se logra mediante la colocación de una capa continua que frena el paso del aire (puede ser el propio enfoscado interior, paneles de madera tipo OSB, o láminas específicas) y el sellado cuidadoso de todas las juntas y pasos de instalaciones. La calidad de esta capa se verifica obligatoriamente mediante el ensayo de presurización Blower Door, que debe arrojar un resultado de n50 ≤ 0.6 renovaciones/hora (es decir, a una diferencia de presión de 50 Pascales, el volumen de aire que se infiltra en una hora debe ser inferior al 60% del volumen total del edificio).
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Ventilación mecánica con recuperación de calor (VMRC)
Dado que el edificio es muy hermético, es imprescindible asegurar una ventilación adecuada para garantizar la calidad del aire interior (eliminar CO2, olores, humedad y contaminantes). En Passivhaus, esto se realiza mediante un sistema de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor de alta eficiencia (superior al 75%).
Respirar aire fresco sin perder energía: Este sistema extrae el aire viciado de las zonas húmedas (cocinas, baños) e introduce aire fresco del exterior en las zonas secas (salón, dormitorios). Antes de expulsar el aire viciado, pasa por un intercambiador de calor donde cede su energía (calor en invierno, frescor en verano) al aire fresco entrante, que además es filtrado. Esto permite renovar el aire constantemente con una pérdida de energía mínima.
¿Cómo funciona una casa Passivhaus en la práctica?
La aplicación conjunta de estos cinco principios da como resultado un edificio que funciona de manera muy diferente a uno convencional. En lugar de depender de grandes sistemas de calefacción y aire acondicionado para contrarrestar las pérdidas y ganancias de calor a través de una envolvente deficiente, una casa Passivhaus maximiza las ganancias internas y solares “gratuitas” en invierno y las minimiza en verano, manteniendo el confort de forma casi autónoma.
Aislamiento térmico superior: el ‘abrigo’ del edificio
El grueso y continuo aislamiento térmico actúa como una barrera muy eficaz contra el flujo de calor. En invierno, el poco calor generado en el interior por los ocupantes, los electrodomésticos, la iluminación y la radiación solar que entra por las ventanas, se conserva durante mucho tiempo. La necesidad de aportar calor adicional mediante un sistema de calefacción es mínima, y a menudo puede cubrirse con sistemas de muy baja potencia (incluso a través del propio sistema de ventilación).
En verano, especialmente en climas cálidos como el de Valencia, el aislamiento funciona a la inversa: impide que el calor exterior penetre en el edificio. Esto, combinado con una buena protección solar en las ventanas y una ventilación nocturna si es posible, reduce drásticamente la necesidad de refrigeración activa. Mientras fuera puede haber temperaturas muy altas, el interior se mantiene fresco y confortable con un consumo energético ínfimo. Aunque Passivhaus es tecnológicamente neutro, materiales con buena capacidad de aislamiento y ciertas características de sostenibilidad como los derivados de la madera, la celulosa o incluso las balas de paja de alta densidad pueden ser perfectamente utilizados en una envolvente Passivhaus si se diseñan y ejecutan correctamente.
Ventanas y puertas de alta eficiencia: ver sin perder energía
Las ventanas Passivhaus son componentes de alta tecnología. El triple acristalamiento con gases nobles reduce enormemente las pérdidas de calor por conducción y radiación en comparación con un doble o simple acristalamiento. Los marcos aislados y los intercalarios “cálidos” evitan que los bordes de la ventana sean puntos fríos. Esto significa que incluso en pleno invierno, la superficie interior del vidrio se mantiene a una temperatura cercana a la del ambiente interior, eliminando la sensación de “pared fría” y las corrientes de aire descendentes, lo que aumenta enormemente el confort.
Además, estas ventanas se diseñan para tener un balance energético positivo en invierno en las orientaciones adecuadas (sur), permitiendo la entrada de ganancia solar pasiva que contribuye a calentar el edificio gratuitamente (diseño bioclimático). Sin embargo, en verano, esta ganancia solar debe ser controlada para evitar sobrecalentamientos. Por ello, en climas como el de Valencia, es fundamental complementar las ventanas de altas prestaciones con sistemas de protección solar exterior eficaces (persianas, toldos, voladizos, lamas orientables), especialmente en las orientaciones este, sur y oeste. La correcta instalación, asegurando la estanqueidad y la conexión sin puentes térmicos con el aislamiento del muro, es tan importante como la calidad de la propia ventana.
Ventilación controlada con recuperación de calor: aire fresco y saludable siempre
El sistema de VMRC es el “pulmón” de la casa pasiva. Funciona de forma continua y silenciosa, extrayendo el aire viciado cargado de humedad y CO2 de baños y cocinas, e impulsando aire fresco, filtrado y pre-tratado térmicamente, a dormitorios y estancias principales. El corazón del sistema es el recuperador de calor, un intercambiador donde el aire saliente cede su energía al aire entrante sin que ambos flujos se mezclen.
Las ventajas son múltiples:
- Calidad del aire garantizada: Siempre respirarás aire fresco, libre de polvo, polen (gracias a los filtros) y exceso de CO2, lo que mejora la salud, el descanso y la concentración.
- Ahorro energético: Se recupera entre el 75% y más del 90% de la energía del aire extraído, minimizando las pérdidas por ventilación.
- Confort acústico: No es necesario abrir las ventanas para ventilar, lo que aísla del ruido exterior.
- Seguridad: Se puede mantener la casa ventilada sin comprometer la seguridad.
Es importante desmitificar algunas ideas: en una casa pasiva sí se pueden abrir las ventanas si se desea (por ejemplo, en una agradable noche de verano para refrescar). Sin embargo, no es necesario hacerlo para garantizar la calidad del aire, ya que el sistema VMRC se encarga de ello de forma continua y eficiente.
Ausencia de puentes térmicos: una envolvente sin fisuras
Los puentes térmicos son los “talones de Aquiles” de la envolvente de un edificio convencional. Son zonas donde el aislamiento se interrumpe o se debilita, permitiendo fugas de calor importantes. Ejemplos típicos son los pilares o vigas que atraviesan la fachada, los cantos de forjado, las jambas y dinteles de las ventanas mal resueltos, o las esquinas.
En una Passivhaus, donde el nivel de aislamiento general es tan alto, la importancia relativa de los puentes térmicos aumenta enormemente. Unos pocos puentes térmicos mal resueltos pueden echar por tierra el rendimiento energético buscado. Por ello, el estándar exige un diseño extremadamente cuidadoso de todos los detalles constructivos. Se utilizan programas de simulación específicos (como THERM) para calcular el flujo de calor en dos y tres dimensiones y asegurar que todos los puentes térmicos estén por debajo de un umbral muy estricto (Ψ ≤ 0.01 W/(mK)) o, idealmente, se eliminen por completo mediante un diseño de “envolvente continua”. Esto garantiza no solo la eficiencia energética, sino también la ausencia de puntos fríos en el interior, previniendo condensaciones y moho.
Hermeticidad al aire: el secreto de la eficiencia
La hermeticidad al aire es otro pilar fundamental y quizás uno de los más exigentes del estándar Passivhaus. Una envolvente porosa, con múltiples rendijas y juntas mal selladas, permite que el aire exterior se infiltre sin control, causando:
- Pérdidas energéticas masivas: El aire frío que entra en invierno debe ser calentado, y el aire caliente que entra en verano debe ser enfriado.
- Disconfort: Corrientes de aire desagradables.
- Problemas acústicos: El ruido exterior penetra más fácilmente.
- Riesgo de patologías: El aire infiltrado puede transportar humedad al interior de los cerramientos, condensando en puntos fríos y provocando daños en los materiales y crecimiento de moho.
- Ineficacia de la ventilación mecánica: Si el aire entra por cualquier sitio, el sistema VMRC no puede funcionar correctamente para recuperar energía y distribuir el aire fresco donde se necesita.
Lograr la alta hermeticidad requerida por Passivhaus (n50 ≤ 0.6 ren/h, que es unas 10-15 veces más hermético que una construcción estándar) exige definir una capa continua de barrera al aire en toda la envolvente y prestar una atención extrema al sellado de todas las juntas, encuentros entre materiales y pasos de instalaciones (conductos, cables, tuberías) utilizando cintas adhesivas específicas, masillas elásticas y otros componentes de sellado de alta calidad. La prueba Blower Door, realizada al finalizar la envolvente, es la que verifica objetivamente si se ha alcanzado el nivel de hermeticidad exigido, siendo un control de calidad indispensable para la certificación.
Ventajas de vivir en una casa Passivhaus
Más allá de la excelencia técnica, optar por una vivienda construida o rehabilitada bajo el estándar Passivhaus se traduce en una serie de beneficios directos que mejoran radicalmente la calidad de vida de sus ocupantes y representan una inversión inteligente y responsable.
Ahorro energético significativo y estabilidad económica
Es la ventaja más conocida y fácilmente cuantificable. La drástica reducción de la demanda de energía para calefacción y refrigeración (hasta un 90% menos que una construcción estándar) se refleja directamente en las facturas energéticas, que son mínimas durante todo el año. Este ahorro continuado no solo compensa la posible inversión inicial ligeramente superior, sino que proporciona estabilidad económica y protección frente a la creciente volatilidad de los precios de la energía.
Además, al consumir tan poca energía, una Passivhaus tiene una huella de carbono operativa muy baja, contribuyendo activamente a la mitigación del cambio climático. A largo plazo, el ahorro económico y la contribución ambiental hacen de Passivhaus una decisión financieramente sólida y éticamente responsable.
Confort térmico durante todo el año: adiós a los contrastes
Quizás la ventaja más apreciada por quienes viven en una Passivhaus es el excepcional nivel de confort térmico. Olvídate de pasar frío cerca de las ventanas en invierno, de notar corrientes de aire o de tener habitaciones más frías que otras. La temperatura interior se mantiene extraordinariamente estable y homogénea en todas las estancias y en cualquier época del año, con diferencias mínimas entre la temperatura del aire y la de las superficies interiores (paredes, suelos, techos).
Esta estabilidad se consigue sin depender de potentes y ruidosos sistemas de climatización. En invierno, el calor se conserva; en verano, el calor se mantiene fuera. Esto es especialmente valioso en climas con grandes contrastes como el nuestro, asegurando confort tanto en los días más fríos de invierno como durante las olas de calor del verano valenciano. Además, el alto aislamiento y la hermeticidad proporcionan un excelente confort acústico, aislando eficazmente del ruido exterior.
Calidad del aire interior: un hogar más saludable
Respirar un aire limpio y fresco es fundamental para la salud. El sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor de una Passivhaus garantiza una renovación constante del aire interior, aportando aire fresco del exterior previamente filtrado (eliminando polvo, polen, partículas finas y contaminantes) y extrayendo el aire viciado (cargado de CO2, humedad y olores).
Esto crea un ambiente interior excepcionalmente saludable, lo cual es especialmente beneficioso para personas con alergias, asma u otros problemas respiratorios. La concentración de CO2 se mantiene en niveles bajos, lo que mejora la capacidad de concentración y la calidad del sueño. El control de la humedad previene la formación de moho y la proliferación de ácaros. Vivir en una Passivhaus significa respirar salud.
Proceso de certificación Passivhaus: garantía de calidad
Construir “tipo Passivhaus” o “con criterios Passivhaus” no es lo mismo que tener una Passivhaus certificada. La certificación, otorgada por una entidad acreditada por el Passivhaus Institut tras un riguroso proceso de verificación, es la única garantía de que el edificio realmente cumple con los exigentes requisitos del estándar y ofrecerá el rendimiento energético y el confort prometidos.
El proceso requiere la implicación de profesionales cualificados: diseñadores o consultores Passivhaus certificados (Certified Passivhaus Designer/Consultant) que realizan el diseño y la simulación energética, y constructores o artesanos Passivhaus certificados (Certified Passivhaus Tradesperson) que ejecutan la obra con la calidad requerida.
Requisitos técnicos y documentación
Para obtener la certificación, el proyecto debe cumplir una serie de criterios numéricos muy estrictos, verificados mediante el software oficial PHPP (Passivhaus Planning Package). Los principales son:
- Demanda de calefacción: ≤ 15 kWh/(m²a)
- Demanda de refrigeración: ≤ 15 kWh/(m²a) (o una carga máxima específica según el clima)
- Demanda de Energía Primaria Renovable (PER): ≤ 60 kWh/(m²a) (incluyendo calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación y electrodomésticos)
- Hermeticidad al aire (ensayo Blower Door): n50 ≤ 0.6 renovaciones/hora
Además, se debe presentar una documentación técnica muy detallada que incluya planos constructivos con la resolución de puentes térmicos, cálculos realizados con PHPP, especificaciones de todos los componentes de la envolvente y las instalaciones, y pruebas de calidad realizadas durante la obra.
Procedimientos de certificación
El proceso de certificación implica varias fases supervisadas por una entidad certificadora independiente:
- Revisión del proyecto: El certificador revisa toda la documentación del proyecto (planos, PHPP, detalles) antes del inicio de la obra para asegurar que el diseño cumple los requisitos.
- Supervisión durante la ejecución: Se realizan visitas de obra o auditorías para verificar que la construcción se está llevando a cabo según lo proyectado y con la calidad requerida (correcta instalación del aislamiento, ejecución de la capa de hermeticidad, etc.).
- Verificación final y pruebas in situ: Una vez finalizada la envolvente, se realiza obligatoriamente el ensayo Blower Door para medir la hermeticidad. También se verifica y equilibra el sistema de ventilación.
- Emisión del certificado: Si todas las fases son satisfactorias y se cumplen todos los criterios, la entidad certificadora emite el certificado oficial Passivhaus para el edificio.
Existen diferentes categorías de certificación (Classic, Plus, Premium) que dependen del nivel de generación de energía renovable in situ, así como el estándar EnerPHit, específico para la rehabilitación de edificios existentes bajo criterios Passivhaus.
Ejemplos de proyectos Passivhaus en España
El estándar Passivhaus está experimentando un crecimiento exponencial en España, con cientos de edificios certificados y muchos más en proceso. Se ha demostrado su viabilidad y adaptabilidad a toda la diversidad climática de nuestro país, desde los climas más fríos del norte y el interior hasta los más cálidos y húmedos de la costa mediterránea y el sur.
Casos de éxito en viviendas residenciales
La gran mayoría de los proyectos Passivhaus certificados en España corresponden a viviendas unifamiliares y bloques de viviendas plurifamiliares. Estos proyectos demuestran la flexibilidad del estándar, que se puede aplicar a diferentes estilos arquitectónicos (moderno, tradicional, rústico) y sistemas constructivos (entramado de madera, hormigón celular, estructura de hormigón con SATE, bloques de termoarcilla, etc.). En climas como el de Valencia, los diseños suelen poner especial énfasis en la protección solar pasiva y activa, la ventilación nocturna como estrategia de refrescamiento pasivo y la selección de ventanas con un factor solar (valor g) adecuado para equilibrar ganancias solares en invierno y evitar sobrecalentamientos en verano.
Proyectos comerciales y públicos
Aunque menos numerosos que los residenciales, también existen ejemplos exitosos de edificios terciarios y públicos certificados Passivhaus en España. Destacan oficinas, escuelas infantiles, centros educativos, residencias de estudiantes y algún centro deportivo. En estos casos, además del ahorro energético y el bajo coste operativo, se valoran enormemente los beneficios en confort y salud para los usuarios (trabajadores, estudiantes, niños), que pueden traducirse en mayor productividad, menor absentismo y un ambiente de aprendizaje o trabajo más agradable y saludable. La construcción de edificios públicos bajo este estándar supone además un ejemplo de compromiso con la sostenibilidad y la eficiencia por parte de las administraciones.
Invierte en tu futuro: construye o rehabilita con estándar Passivhaus en Valencia
En resumen, el estándar Passivhaus representa la vanguardia de la construcción eficiente y confortable. No es solo una forma de construir, es una inversión inteligente en calidad de vida, salud, ahorro y sostenibilidad. Optar por una Passivhaus certificada significa elegir un hogar o edificio con un rendimiento energético garantizado, un confort térmico insuperable durante todo el año, una calidad del aire interior excepcional y unos costes operativos mínimos. Es, sin duda, el estándar de referencia para los Edificios de Consumo Casi Nulo (EECN) y la mejor manera de asegurar que tu inversión inmobiliaria sea duradera, resiliente y esté preparada para el futuro.
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Construir Passivhaus es construir futuro. Es apostar por la calidad, la salud y la responsabilidad.
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