Arquitectura Bioclimática, Construcción Sostenible

Principios del diseño Bioclimático y su aplicación en la arquitectura moderna

Imagina una casa que se calienta en invierno aprovechando el sol, se mantiene fresca en verano gracias a la brisa natural y utiliza la luz del día para iluminarse, todo ello con un consumo mínimo de energía. No es una utopía, es el resultado de aplicar los principios del diseño bioclimático, una filosofía arquitectónica tan antigua como la propia construcción, pero que hoy, impulsada por la tecnología y la conciencia ambiental, está más vigente que nunca.

El diseño bioclimático consiste, en esencia, en diseñar edificios en profunda sintonía con su clima y entorno, utilizando los recursos naturales disponibles (sol, viento, luz, vegetación) para lograr el confort térmico y lumínico de forma pasiva. Es el arte y la ciencia de construir de manera inteligente, reduciendo drásticamente la dependencia de sistemas mecánicos de climatización e iluminación artificial. Este artículo explora los principios fundamentales de esta disciplina y cómo se aplican en la arquitectura moderna para crear edificios más eficientes, confortables, saludables y sostenibles.

¿Qué es el diseño bioclimático? Arquitectura en sintonía con el clima

El diseño bioclimático es un enfoque del diseño arquitectónico que se basa en el análisis detallado de las condiciones climáticas y ambientales de un lugar específico (temperatura, humedad, radiación solar, vientos, precipitaciones, etc.) para proyectar edificios que maximicen el confort de sus ocupantes utilizando, en la medida de lo posible, estrategias pasivas y recursos naturales.

En lugar de diseñar un edificio genérico y luego instalar potentes sistemas de calefacción, aire acondicionado e iluminación artificial para hacerlo habitable (lo que implica un enorme gasto energético y económico a lo largo de su vida útil), el diseño bioclimático busca minimizar la necesidad de estos sistemas activos desde el origen. Lo hace a través de decisiones inteligentes sobre:

  • La orientación y forma del edificio.
  • El diseño de la envolvente (aislamiento, inercia térmica, color).
  • El tamaño, tipo y ubicación de las ventanas y protecciones solares.
  • Las estrategias de ventilación natural.
  • La integración con el paisaje y la vegetación circundante.

Es importante destacar que el diseño bioclimático no es un estilo arquitectónico, sino una metodología de diseño aplicable a cualquier tipo de edificio (viviendas, oficinas, escuelas…), estilo estético (moderno, tradicional, rústico) y sistema constructivo. Es la base fundamental de toda arquitectura verdaderamente sostenible y orientada a la eficiencia energética.

Definición y objetivos claros

El objetivo principal del diseño bioclimático es lograr el confort térmico, lumínico y acústico de los ocupantes utilizando la menor cantidad posible de energía convencional. Se busca que el propio diseño del edificio actúe como un sistema pasivo de regulación climática.

Los objetivos secundarios, pero igualmente importantes, incluyen:

  • Reducción del consumo energético y de las emisiones de CO₂ asociadas.
  • Promoción de la salud y el bienestar de los ocupantes (mejor calidad del aire, luz natural).
  • Minimización del impacto ambiental de la construcción y el uso del edificio.
  • Mayor integración y respeto por el entorno y el paisaje local.
  • Reducción de los costes operativos del edificio (facturas de energía).
  • Creación de edificios más resilientes y adaptados a las condiciones específicas de su emplazamiento.

Para alcanzar estos objetivos, el diseño bioclimático no se basa en recetas universales, sino en un análisis profundo del microclima específico de cada lugar y en la aplicación creativa de principios físicos fundamentales.

Historia y evolución del diseño bioclimático

Aunque el término “bioclimático” es moderno, la práctica de adaptar la construcción al clima es tan antigua como la humanidad. La arquitectura vernácula de todo el mundo es un tesoro de sabiduría bioclimática acumulada empíricamente durante siglos:

  • Las casas-cueva excavadas aprovechando la inercia térmica del terreno.
  • Los iglús esquimales con su forma semiesférica minimizando pérdidas y su nieve compacta como aislante.
  • Las casas mediterráneas encaladas para reflejar el sol, con patios interiores para generar frescor y gruesos muros para amortiguar el calor.
  • Las viviendas nórdicas compactas, con grandes ventanas al sur y cubiertas muy inclinadas para la nieve.
  • Las construcciones en climas cálidos y húmedos elevadas sobre pilotes para favorecer la ventilación.

Esta sabiduría tradicional se fue perdiendo en gran medida durante el siglo XX con la llegada de la energía barata y abundante (combustibles fósiles) y el auge del “Estilo Internacional”, que proponía una arquitectura universal, a menudo indiferente al clima local, cuya habitabilidad dependía totalmente de sistemas mecánicos de climatización.

El interés por recuperar los principios bioclimáticos resurgió con fuerza a partir de la crisis energética de los años 70 y la creciente conciencia medioambiental. Arquitectos e investigadores como los hermanos Victor y Aladar Olgyay (con su influyente libro “Design with Climate”, 1963), o pioneros de las casas solares pasivas en Estados Unidos, comenzaron a sistematizar y cuantificar científicamente las estrategias de adaptación al clima.

Desde entonces, el diseño bioclimático ha experimentado un desarrollo continuo. En la actualidad, gracias a los avances en la ciencia de los materiales, las técnicas constructivas y, sobre todo, las potentes herramientas de simulación por ordenador (modelado energético, análisis de iluminación natural, CFD para fluidos y ventilación), los arquitectos pueden diseñar edificios bioclimáticos con una precisión y un nivel de optimización impensables hace unas décadas. Hoy, el diseño bioclimático es una disciplina rigurosa y una herramienta esencial para alcanzar los más altos estándares de sostenibilidad y eficiencia, como el estándar Passivhaus.

Principios clave del diseño bioclimático: las herramientas del arquitecto

El diseño bioclimático se basa en la aplicación inteligente y coordinada de una serie de estrategias o principios fundamentales que buscan gestionar los flujos de energía (calor, luz) entre el edificio y su entorno. Estos principios no actúan de forma aislada, sino que se interrelacionan y deben adaptarse a las condiciones específicas de cada proyecto.

Orientación y uso de la luz solar: captar y proteger

Gestionar la radiación solar es uno de los aspectos más cruciales del diseño bioclimático, especialmente en un país con tanta insolación como España.

  • Orientación Estratégica: La orientación del edificio determina cuánta radiación solar reciben sus fachadas y cubierta en cada época del año. En el hemisferio norte:
    • Sur: Recibe mucho sol en invierno (cuando el sol viaja bajo) y menos en verano (sol alto). Ideal para estancias principales y captación solar pasiva invernal.
    • Norte: Poca o ninguna radiación directa. Fachada fría en invierno, fresca en verano. Adecuada para estancias secundarias.
    • Este: Sol de mañana. Puede ser agradable en invierno pero requiere protección en verano.
    • Oeste: Sol de tarde, bajo y caliente en verano. La más difícil de proteger. Evitar grandes aperturas o usar protecciones muy eficaces.

    En Valencia, con su latitud media, la optimización de la orientación sur y la protección eficaz de este y oeste son fundamentales.

  • Captación Solar Pasiva (Invierno): Consiste en diseñar el edificio para que capture y almacene el calor del sol en invierno. Se logra mediante:
    • Ventanas de buenas prestaciones orientadas principalmente al sur.
    • Presencia de masa térmica (muros, suelos de materiales densos) en el interior, detrás de las ventanas, que absorba el calor solar durante el día y lo libere lentamente por la noche.
    • Diseños específicos como muros Trombe (muro de masa detrás de un vidrio) o invernaderos adosados.
  • Protección Solar (Verano): Es la estrategia clave para evitar el sobrecalentamiento en climas cálidos como el mediterráneo. Es mucho más eficaz proteger del sol *antes* de que entre por la ventana. Métodos:
    • Elementos fijos: Voladizos horizontales sobre ventanas al sur (calculados para dar sombra en verano pero permitir sol en invierno), aleros, retranqueos de ventanas, pérgolas.
    • Elementos móviles (más eficaces y versátiles): Persianas exteriores (enrollables, mallorquinas, apilables), toldos, lamas orientables (verticales u horizontales), contraventanas. Permiten ajustar la protección según la necesidad.
    • Vegetación de hoja caduca: Árboles o enredaderas que dan sombra en verano y pierden la hoja en invierno, dejando pasar el sol.
  • Aprovechamiento de la Luz Natural (Daylighting): Diseñar para maximizar la entrada de luz diurna reduce la necesidad de iluminación artificial, ahorrando energía y mejorando el bienestar. Estrategias:
    • Ubicación y tamaño estratégico de ventanas (equilibrando luz y calor).
    • Uso de patios interiores, lucernarios o claraboyas (con control solar).
    • Distribuciones interiores abiertas que permitan penetrar la luz.
    • Uso de colores claros en superficies interiores para reflejar la luz.
    • Estanterías de luz (light shelves) para redirigir la luz hacia el techo.

Ventilación natural y control térmico: el arte de mover el aire

La ventilación es esencial para renovar el aire interior (eliminando CO₂, humedad y contaminantes) y puede ser una herramienta muy eficaz para la refrigeración pasiva en climas adecuados.

  • Ventilación Cruzada: Se produce por la diferencia de presión que crea el viento al incidir sobre el edificio. Requiere tener aperturas practicables en fachadas opuestas o adyacentes. La efectividad depende de la dirección e intensidad del viento local y del diseño de las aperturas (tamaño, ubicación, tipo de ventana). Un análisis de vientos dominantes en el emplazamiento es útil.
  • Ventilación por Efecto Chimenea (Stack Effect): Se basa en que el aire caliente es menos denso y tiende a subir. Se crean aperturas en la parte baja del edificio para la entrada de aire fresco y en la parte alta (ventanas altas, claraboyas practicables, chimeneas solares) para la salida del aire caliente interior. Funciona incluso en ausencia de viento y es especialmente eficaz en edificios con cierta altura o con patios interiores que actúen como chimeneas térmicas.
  • Ventilación Nocturna (Night Flushing): Estrategia clave para la refrigeración pasiva en climas con noches frescas, como el mediterráneo. Consiste en ventilar intensamente el edificio durante la noche para eliminar el calor acumulado durante el día en la masa térmica del edificio (muros, forjados). Requiere aperturas seguras y que los ocupantes gestionen la apertura/cierre (o sistemas automatizados).

La ventilación natural debe complementarse con otras estrategias de control térmico pasivo:

  • Aislamiento Térmico: Aunque no es una estrategia bioclimática en sí misma, un buen nivel de aislamiento es fundamental para que las estrategias pasivas (captación solar, refrigeración nocturna) sean efectivas, al conservar el calor ganado en invierno y el frescor acumulado en verano.
  • Inercia Térmica (Masa Térmica): La capacidad de los materiales densos (tierra, piedra, hormigón, ladrillo macizo) para almacenar calor y liberarlo lentamente. Bien utilizada, ayuda a amortiguar las fluctuaciones de temperatura diaria. Su ubicación es clave: generalmente en el interior del aislamiento para acumular calor solar o frescor nocturno. En climas como el de Valencia, una alta inercia combinada con ventilación nocturna y buena protección solar diurna puede ser muy eficaz para el confort estival.
  • Refrigeración Evaporativa: El proceso de evaporación del agua consume calor, enfriando el aire circundante. Se puede aprovechar mediante fuentes, láminas de agua o vegetación estratégicamente ubicadas cerca de las entradas de aire, especialmente en climas secos.

Integración de elementos naturales en el diseño: paisaje y microclima

El entorno inmediato del edificio (jardín, patio, entorno urbano) influye decisivamente en su microclima y puede diseñarse para potenciar las estrategias bioclimáticas.

  • Vegetación Estratégica:
    • Árboles de hoja caduca: Plantados al sur, este y oeste proporcionan sombra vital en verano pero dejan pasar el sol en invierno.
    • Enredaderas de hoja caduca: Cubriendo pérgolas o fachadas para sombra estival.
    • Setos y arbustos densos: Pueden actuar como cortavientos, protegiendo del frío en invierno o canalizando brisas frescas en verano.
    • Cubiertas verdes y fachadas vegetales: Aíslan térmicamente, reducen el efecto isla de calor, gestionan agua de lluvia y mejoran la biodiversidad.
    • Tapizantes y césped: Absorben menos calor y refrescan más el ambiente que las superficies pavimentadas.
  • Agua: Fuentes, estanques o pequeñas láminas de agua ubicadas estratégicamente pueden proporcionar refrigeración evaporativa local, especialmente si se combinan con la ventilación.
  • Topografía: Aprovechar las pendientes del terreno para proteger el edificio de vientos fríos o para facilitar la ventilación. Considerar la posibilidad de edificios semienterrados (“earth sheltering”) para aprovechar la temperatura estable del suelo.
  • Materiales Exteriores: Utilizar pavimentos permeables (adoquines con juntas abiertas, grava) que permitan la infiltración de agua y reduzcan la escorrentía y el calor reflejado. Preferir colores claros en superficies exteriores expuestas al sol.
  • Diseño de Espacios Exteriores: Crear patios, porches o terrazas bien diseñados que actúen como espacios intermedios, proporcionen sombra y fomenten la vida al aire libre (muy importante en la cultura valenciana).

Un diseño paisajístico bien pensado es una herramienta bioclimática de primer orden.

Aquí una tabla resumen de estrategias por estación:

Objetivo Estrategia Bioclimática Principal (Invierno) Estrategia Bioclimática Principal (Verano en Clima Mediterráneo)
Captar Calor Maximizar ganancia solar pasiva (ventanas al Sur). Minimizar ganancia solar (protección solar exhaustiva).
Conservar Calor/Frescor Alto aislamiento térmico, alta hermeticidad, minimizar puentes térmicos. Alto aislamiento térmico, alta hermeticidad, minimizar puentes térmicos.
Disipar Calor Ventilación controlada mínima (con VMRC si es hermético). Ventilación nocturna intensiva, ventilación cruzada/stack effect (si T ext < T int), refrigeración evaporativa.
Iluminación Aprovechar luz natural directa e indirecta. Aprovechar luz natural difusa, controlar deslumbramiento.
Vegetación Permitir sol (árboles caducos sin hoja), proteger de vientos fríos (perennes). Maximizar sombra (árboles caducos con hoja, pérgolas), refrescar (evapotranspiración).

Beneficios del diseño bioclimático en la arquitectura moderna

Aplicar los principios del diseño bioclimático en los proyectos arquitectónicos actuales no es un ejercicio nostálgico, sino una estrategia inteligente que aporta beneficios concretos y muy relevantes.

Reducción drástica del consumo energético

Este es el beneficio más directo y cuantificable. Al minimizar la necesidad de calefacción, refrigeración e iluminación artificial mediante estrategias pasivas, los edificios bioclimáticos pueden lograr reducciones en el consumo energético para climatización e iluminación que oscilan entre el 50% y el 90% en comparación con edificios convencionales equivalentes que no aplican estos principios.

Esto se traduce en facturas energéticas mucho más bajas para los usuarios, menor dependencia de los combustibles fósiles, y una contribución significativa al cumplimiento de los objetivos de eficiencia energética y reducción de emisiones de CO₂, como los marcados por la directiva de Edificios de Consumo Casi Nulo (EECN).

Mejora exponencial del confort interior

Un edificio bioclimático bien diseñado ofrece un nivel de confort muy superior al de uno convencional:

  • Temperaturas más estables y agradables: Menos fluctuaciones térmicas entre el día y la noche o entre estaciones. Ausencia de superficies frías o calientes incómodas.
  • Mejor calidad del aire: La promoción de la ventilación natural o el uso de sistemas de VMC eficientes asegura una renovación constante del aire, eliminando contaminantes y controlando la humedad.
  • Mayor confort lumínico: El aprovechamiento inteligente de la luz natural crea ambientes más agradables, reduce la fatiga visual y mejora el estado de ánimo.
  • Conexión con el entorno: El diseño suele fomentar la relación visual y física con el exterior, mejorando la sensación de bienestar.

El confort en un edificio bioclimático no se logra a base de fuerza bruta (grandes máquinas), sino de inteligencia en el diseño.

Sostenibilidad y respeto por el medio ambiente

El diseño bioclimático es intrínsecamente sostenible:

  • Menor huella de carbono operativa: Al reducir el consumo de energía durante la fase de uso, disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Uso eficiente de recursos: Minimiza la necesidad de grandes y complejos sistemas de climatización, que consumen recursos en su fabricación y mantenimiento (y a menudo usan refrigerantes con potencial de calentamiento global).
  • Promueve materiales adecuados: A menudo favorece el uso de materiales con propiedades térmicas interesantes (inercia, aislamiento) que pueden ser naturales y de bajo impacto (tierra, madera, paja, corcho), alineándose con la bioconstrucción.
  • Integración paisajística: Busca un diálogo respetuoso con el entorno, adaptándose a la topografía y utilizando la vegetación como aliada.
  • Mayor resiliencia: Los edificios bioclimáticos están mejor preparados para funcionar en condiciones climáticas cambiantes o ante posibles fallos en el suministro energético.

Es una forma de construir que busca la armonía entre el edificio, sus ocupantes y el planeta.

Aplicación del diseño bioclimático en proyectos actuales

Lejos de ser una reliquia del pasado, el diseño bioclimático es una disciplina viva y en constante evolución, que se aplica con éxito en multitud de proyectos contemporáneos gracias a las herramientas y conocimientos actuales.

Ejemplos de proyectos bioclimáticos contemporáneos

Podemos encontrar la aplicación de principios bioclimáticos en:

  • Viviendas unifamiliares y plurifamiliares de alta eficiencia: Muchos proyectos que alcanzan la certificación Passivhaus basan gran parte de su rendimiento en una excelente aplicación de estrategias bioclimáticas (orientación, captación solar controlada, protección solar optimizada) combinadas con altísimos niveles de aislamiento y hermeticidad.
  • Edificios de oficinas con fachadas inteligentes: Edificios que utilizan dobles pieles ventiladas, sistemas de lamas móviles automatizadas, vidrios electrocrómicos y una cuidadosa optimización de la luz natural para minimizar el consumo en iluminación y climatización.
  • Centros educativos y culturales: Proyectos que utilizan patios, lucernarios, chimeneas solares y estrategias de ventilación natural para crear espacios confortables, luminosos y saludables para el aprendizaje y la actividad cultural.
  • Rehabilitaciones energéticas: Intervenciones en edificios existentes donde se aplican criterios bioclimáticos para mejorar su rendimiento, como añadir protecciones solares, mejorar la ventilación o incorporar aislamiento por el exterior.
  • Urbanismo bioclimático: Planificación de barrios o desarrollos urbanos considerando la orientación de los edificios, la creación de espacios verdes, la gestión del agua y la optimización de las brisas para mejorar el microclima urbano.

Estos ejemplos demuestran que el diseño bioclimático es perfectamente compatible con la estética contemporánea y las exigencias funcionales de la vida moderna.

Soluciones innovadoras en diseño bioclimático

La tecnología y la investigación continúan aportando nuevas herramientas y soluciones para potenciar el diseño bioclimático:

  • Software de simulación avanzada: Herramientas como EnergyPlus, DesignBuilder, Ladybug/Honeybee (para Grasshopper/Rhino) permiten a los arquitectos modelar y analizar con gran precisión el comportamiento térmico, lumínico y de fluidos (ventilación) de sus diseños, comparando diferentes opciones y optimizando las estrategias pasivas.
  • Fachadas dinámicas y adaptativas: Desarrollo de sistemas de sombreamiento cinéticos, vidrios inteligentes que cambian su transparencia o propiedades térmicas (electrocrómicos, termocrómicos), o incluso fachadas que integran BIPV (fotovoltaica integrada).
  • Materiales de Cambio de Fase (PCM – Phase Change Materials): Materiales que pueden incorporarse en elementos constructivos (placas de yeso, revocos) y que absorben o liberan calor latente a una temperatura específica, ayudando a estabilizar la temperatura interior y a aumentar la inercia térmica efectiva sin añadir peso excesivo.
  • Sistemas de ventilación natural asistida o híbrida: Combinación de estrategias pasivas (efecto chimenea, viento) con pequeños ventiladores de bajo consumo que se activan solo cuando es necesario para asegurar la renovación de aire o potenciar el enfriamiento nocturno.
  • Integración con la gestión del agua: Uso de cubiertas verdes o sistemas de recogida de agua de lluvia para alimentar sistemas de refrigeración evaporativa o riego eficiente de la vegetación utilizada para sombreamiento.

Consideraciones al implementar diseño bioclimático en España

Para que el diseño bioclimático sea realmente efectivo en nuestro país, es crucial tener en cuenta ciertos factores específicos.

Factores climáticos y geográficos: la clave es la adaptación

España presenta una gran diversidad climática, desde el clima atlántico húmedo y templado del norte, pasando por el continental extremo del interior, hasta el mediterráneo soleado y cálido de la costa (como en Valencia) o el subtropical de Canarias. No existe una única solución bioclimática válida para todos. El diseño debe adaptarse meticulosamente a las condiciones locales:

  • Clima Atlántico (Norte): Priorizar la captación solar pasiva en invierno, protegerse de los vientos dominantes y la lluvia frecuente, asegurar un buen aislamiento y controlar la humedad.
  • Clima Continental (Interior): Necesidad de alta captación solar y excelente aislamiento para inviernos muy fríos, pero también protección solar muy eficaz y estrategias de refrigeración pasiva (ventilación nocturna, inercia) para veranos muy calurosos y secos.
  • Clima Mediterráneo (Costa Este y Sur, ej. Valencia): El control del sobrecalentamiento en verano es el desafío principal. Requiere una excelente protección solar (especialmente en fachadas Este y Oeste), estrategias de ventilación natural (brisa marina, ventilación nocturna), uso inteligente de la inercia térmica y colores claros exteriores. La captación solar en invierno sigue siendo importante, pero debe ser controlada. El control de la humedad en verano también es relevante.

Un análisis climático detallado del emplazamiento exacto y el estudio de las estrategias vernáculas locales son pasos imprescindibles.

Selección de materiales adecuados para el rendimiento bioclimático

Los materiales de construcción deben elegirse no solo por su sostenibilidad intrínseca, sino también por cómo sus propiedades físicas apoyan la estrategia bioclimática adoptada:

  • Inercia Térmica: Si la estrategia se basa en acumular calor solar pasivo en invierno o frescor nocturno en verano, se necesitarán materiales con alta masa térmica (tierra, piedra, hormigón, ladrillo macizo) ubicados en el interior del aislamiento.
  • Aislamiento Térmico: Siempre necesario en mayor o menor medida para conservar el calor o el frescor. Materiales naturales como la paja, la fibra de madera o el corcho, además de aislar, suelen ser transpirables, lo que ayuda a la gestión pasiva de la humedad.
  • Transpirabilidad (Permeabilidad al vapor): En muchos climas (especialmente los húmedos o con riesgo de condensación), es importante que la envolvente permita la migración del vapor de agua. Materiales como los revocos de arcilla o cal, la madera o los aislantes de fibras naturales son beneficiosos en este sentido.
  • Color y Acabado: Los colores claros en el exterior reflejan más radiación solar (útil en verano), mientras que los colores oscuros la absorben (puede ser útil en invierno en superficies de captación). Los acabados interiores claros ayudan a distribuir la luz natural.

La elección de los materiales adecuados y su correcta disposición en la envolvente es fundamental para que el diseño bioclimático funcione correctamente.

Diseño bioclimático en Valencia: la inteligencia natural en tu hogar con Lasar Management

El diseño bioclimático no es una tendencia pasajera, sino la forma más inteligente, lógica y sostenible de concebir la arquitectura. Es el arte de trabajar con el clima local, no contra él, utilizando los recursos gratuitos que nos ofrece la naturaleza – el sol, el viento, la luz – para crear edificios que sean inherentemente confortables, eficientes y saludables. Sus principios, basados en la sabiduría ancestral y perfeccionados con las herramientas modernas, son más relevantes que nunca en el contexto actual de crisis climática y energética.

En el clima mediterráneo de Valencia, con sus inviernos suaves y soleados pero sus veranos largos y calurosos, aplicar un diseño bioclimático eficaz es especialmente crucial. Permite disfrutar del sol invernal reduciendo la necesidad de calefacción, y sobre todo, mantener nuestros hogares frescos y agradables durante el verano sin depender exclusivamente del aire acondicionado, ahorrando energía y ganando en calidad de vida.

En Lasar Management, somos firmes defensores y expertos aplicadores del diseño bioclimático en todos nuestros proyectos en Valencia. Entendemos que cada emplazamiento es único y realizamos análisis detallados para proponer las estrategias pasivas más efectivas:

  • Optimizamos la orientación y el diseño para aprovechar al máximo la luz y la energía solar de forma controlada.
  • Diseñamos sistemas de protección solar eficientes y estéticamente integrados.
  • Implementamos estrategias de ventilación natural inteligente.
  • Utilizamos herramientas de simulación para verificar y optimizar el rendimiento bioclimático del diseño.
  • Combinamos estos principios con altos estándares de eficiencia como Passivhaus y con la elección de materiales sostenibles y saludables (como nuestro sistema de entramado ligero de madera y paja) que potencian el funcionamiento pasivo del edificio.

Creemos que la arquitectura más inteligente es aquella que aprende de la naturaleza y se adapta a su entorno.

¿Quieres que tu próximo hogar en Valencia sea un ejemplo de diseño inteligente, confort natural y mínima huella energética?

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Lasar Management

Nuestro equipo formado por arquitectos, aparejadores e ingenieros, es especialista en el diseño y construcción de viviendas eficientes, las cuales tienen un micro clima propio que mantiene tu hogar sin apenas variaciones en la temperatura, independientemente de la estación en que nos encontremos.

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